En el año 1721 la casa ya estaba terminada y el primer comendador que vivió en ella fue don Jerónimo Muñoz de Pamplona.
Transcripción parcial de la páginas 85 y 86 de la ponencia "El castell i la Comanda d'Orta" reproducida a los ACTES DE LA X JORNADA DE ESTUDIOS LOCALES celebrada a Bot el 27 de octubre de 207 y editada por el AUNTAMENT DE BOT en el 2009:
El derribo del castillo de Orta después de vencido el sitio el 1706, conlleva la perdida del palacio y vivienda del Comendador. Esta perdida se mira de sustituir con la compra de la casa que hoy tiene el número 9 de la calle Comanda, la que luce en la puerta principal con un escudo de armas, las cadenas de Navarra, por razón pensamos, del origen del segundo apellido del comendador que la compra y hace reconstruir, fray Jeronimo Muñoz Pamplona. La casa mencionada era de la familia de los Claresvalls, terratenientes verdaderamente relevantes en su tiempo, de los que tenemos primeras noticias del 11 de agosto de 1502, que debido a la escasez, por la mala añada en la cosecha de cereales, se encuentra que Jaume Claresvalls, natural de Orta, pide que le reserven, como de hecho trajo de Zaragoza, un lote de 150 cafissos de trigo, a pesar de aquella penuria de abastecimiento general al reino de Aragón. Por no tener descendencia masculina, a la primera mitad del la centuria siguiente, Teresa Claresvalls se casa con Miquel Sentís, la descendencia de los cuales, mantiene el nombre, los honores y el cargo de asesores y abogados del Comendador y de los Jurados de la villa, hasta la guerra de Sucesión en la que, hace suponer, tomaron partido a favor de la tierra. La casa de los Claresvalls, luego de los Sentís, dañada por el asedio de la guerra pasada y sus propietarios muertos o al exilio, fue vista con buenos ojos para establecer la residencia del Comandador de Orta. Sospesada y consolidada esta idea, la orden del Hospital envió a Orta dos comisarios, delegados de la asamblea general de San Juan de los Panetes de Zaragoza, con el fin de ver y examinar sobre el terreno aquella conveniencia, y delante las dificultades y peligros que existían por los caminos no suficientemente pacificados aún, los delegados restaron en la villa de Calanda, en donde hicieron acudir a los representantes jurisdiccionales de la Comanda de Orta, testimonios y el constructor Miquel Portua, y el 5 de julio de 1712, los delegados de la orden, en función de comisarios, reciben de Miquel de Portua un informe en el que, efectivamente, aconsejaba la casa del doctor Josep Sentis Claresvalls por tal de establecer la residencia del Comendador y las indicaciones de las obras de reconstrucción y adaptación que se debían de hacer, por importe de 500 libras, con la condición de que el abastecimiento de la madera pudiera ser de la Pineda, finca que el comendador tenía en el Puerto de Orta, y que la piedra necesaria se pudiese extraer de los escombros del castillo de Orta. Aprobado el proyecto, escontramos que el 2 de septiembre siguiente, se procede a la adquisición de la casa, y vemos como la viuda de Josep Sentís Claresvalls y un cuñado suyo, Francesc Sentís Claresvallas, canónigo de la Seu tarragonina, otorgaban, a la villa de Cambrils, la venda de la casa a favor del noble Comendador de Orta, fray don Jeronimo Muños y Pamplona, de la Orden Militar de San Juan de Jerusalen.
La casa no aparece entre las propiedades que fueron objeto de Desamortización a partir del año 1859, esto hace suponer que la casa fuera vendida con anterioridad.
La casa fue comprada por los antepasados de los actuales propietarios a Mariano Fornós Sangüesa el 14 de agosto de 1901, siendo valorada en 1.500 pesetas.
Sobre el escudo que aparece sobre la puerta de la casa del Comendador de Orta, se ha escrito muy poco y el tema se da por cerrado diciendo que es el escudo de armas del comendador de la época Fray don Geronimo Muñoz Pamplona.
Como no sabemos el porque pusieron este escudo y porque están en el dos leones rampantes custodiando las cadenas de Navarra, yo me atrevo también a dar mi teoría tan valida como la oficial.
La respuesta la podríamos encontrar en los primeros años de la reconquista de la población de Orta, como nos dice Don Manuel Llovet en su trabajo LA RECONQUISTA DE ORTA Y SU COMARCA, esta tuvo lugar en el año 1131, pues el documento más antiguo en el que aparece escrito el nombre de Orta esta fechado el 27 de noviembre de 1132. En el trabajo de Llovet se atribuye la conquista de Orta a Gaston IV y Alfonso I el batallador, rey de Navarra y Aragón. http://historiaorta.blogspot.com.es/2016/02/gaston-iv-de-bearn-y-los-viarnets.html
Aquí mostramos el territorio que heredo Alfonso I y desde el que conquisto Zaragoza y Orta. Si en la puerta de la casa del comendador de Gandesa hay un guante y este es el escudo de esta población, lo lógico es pensar que en la puerta del comendador de Orta pusieran el escudo de Orta.
Sobre los leones, el tema ya es más difícil, pero como desde un principio la historia de Orta va siempre emparejada a la de Zaragoza, podíamos pensar que fuera el mismo motivo. Como la historia del escudo de Zaragoza es muy bonita y nos aclara el vacio que hay desde la muerte de Alfonso I y Ramon Berenguer IV.
Copiare la historia sentimental del rey Alfonso I con doña Urraca de Castilla, que nos cuentan en esta pagina de internet. http://turistaenzgz.wordpress.com/2012/08/20/los-leones-de-zaragoza/
El Cabezo de Buenavista es un montículo que se encuentra en la parte mas destacada y visible del Parque Grande José Antonio Labordeta de Zaragoza. En lo alto de este cabezo se puede ver, una gran estatua de Alfonso I el Batallador realizada por en 1918 con motivo del 800 aniversario de la conquista de la ciudad por el rey aragonés. Sobre el basamento de este monumento hay un leon de bronce en el que muchos zaragozanos nos hemos subido alguna vez a hacernos la foto.
El leon es el animal que simboliza a Zaragoza y que se encuentra en su escudo. Algunos sabemos, la mayoría no, el porque de la presencia de este animal en la iconografía zaragozana y a una que conoce un poco mas la historia, el ver ese león a los pies del batallador me parece por un lado lógico y por otro paradójico. ¿Una contradicción? Si y no. Explicaré por qué.
Vayamonos en el tiempo hasta el año 1104, cuando muere el rey Pedro I de Aragón, poco después que sus dos hijos quedando como sucesor su hermano menor Alfonso. Alfonso ya tenía entonces unos 30 años y no solo no estaba casado sino que no parecía muy proclive a tener relaciones con mujeres. Pero ahora que era rey, su entorno le apremió a contraer matrimonio, aunque solo fuera por cumplir el expediente de tener un heredero y ya de paso consgeuir alianzas, aumentar su poder territorial y todas esas cosas para la que sirve el matrimonio entre personas poderosas.
Tras arduas negociaciones, la elegida fue la peor opción que pudo elegir Alfonso: la reina Urraca de Castilla. Urraca era hija de Alfonso VI y viuda de Raimundo de Borgoña, de quien había tenido un hijo llamado tambien Alfonso Raimundez, y que en el momento del nuevo matrimonio de su madre tenia unos cinco años. Fue un matrimonio que, si hubiera producido un heredero, habria supuesto la unidad peninsular 300 años antes de Isabel y Fernando.
Pero habia dos problemas: la mayoria de los nobles castellanos no lo veian bien y las fuertes personalidades de ambos contrayentes. El pequeño Alfonso tuvo que presenciar no solo como su madre y su padrastro se peleaban continuamente, sino además como el aragonés agredía fisicamente a su mujer (se dice de él que era misógino). Además, Alfonso era ambicioso -utilizaba el título de emperador- y queria reinar sin tenerla en cuenta, llegando incluso a encerrarla en un castillo. Ambos reyes no solo se peleaban en su casa, sino en el campo de batalla.
Aun había un aspecto mas que afectaba al pequeño Alfonso: si Urraca y Alfonso no tenian hijos, Alfonso Raimundez llegaría a reinar en Aragón y Castilla pero si su madre tenia un hijo con el rey de Aragón, el quedaria relegado en la linea sucesoria y su nuevo hermanito heredaria ambos reinos. Esto era lo que peor llevaban los nobles gallegos, que el pequeño Alfonso pudiera perder sus derechos, y con solo siete años lo hicieron rey de sus tierras. A tan tierna edad, Alfonso ya se vio envuelto en conflictos y batallas propios de adulto e imaginamos que la imagen que tenia de su padrastro no podia sino empeorar por momentos.
Todo este asunto acabo resolviéndose por via de la nulidad matrimonial, en 1112. Solo tres años había durado tan desgraciado matrimonio.
En 1126 moria la reina Urraca y Alfonso alcanzaba el trono, con unos 21 años de edad. Por entonces, Alfonso I todavia tenia bajo su mando muchos territorios de Castilla que había conquistado durante la epoca de su matrimonio con Urraca. Lo primero que hizo el nuevo rey fue reclamar esos territorios y su ex padrastro respondió reuniendo un poderoso ejército que se encontro con el de Alfonso VII en el valle de Támara. Por fortuna, ambos tenian problemas mas graves y todo acabó en acuerdo, con las Paces de Támara en las que Alfonso I renunció definitivamente al titulo de Emperador. Pero en 1135, a la muerte de Alfonso I de Aragón y ante la ausencia de un heredero, Alfonso VII reclamó el trono basándose en aquellos antiguos acuerdos matrimoniales y en el parentesco con los reyes de Aragón. Sus pretensiones fueron rechazadas por los nobles aragoneses con la misma convicción que Alfonso I había sido rechazado por los castellanos.
En Aragón, la situacion era confusa. Garcia Ramirez se proclamó rey de Navarra. Se extendio el miedo y muchos territorios recien conquistados quedaron abandonados o fueron reconquistados por los musulmanes. Ante el vacio de poder, el hermano monje de Alfonso, Ramiro, tuvo que dejar los habitos el la percha para ponerse al mando. Alfonso VII vio que podía aprovechar las circunstancias para intervenir en el curso de los acontecimientos y acudió a Zaragoza para ofrecer su ayuda. Allí se presento con un importante ejército con la excusa de ayudar y Ramiro se la cedió a cambio de homenaje y con la condición de que volviera a ser del rey de Aragón cuando Alfonso muriera. Al igual que su padrastro, Alfonso VII tambien era ambicioso y también queria ser reconocido como Emperador, como la principal autoridad de la península. Convertirse en el señor del valle medio del Ebro era importante para conseguirlo. Además, los Cesaraugustanos, atemorizados ante la posibilidad de un ataque almorávide, le recibieron entusiasmados. Alfonso consiguió además la adhesion del nuevo rey de Navarra. Aquel pequeñuelo que a los siete años ya era rey de Galicia habia empezado pronto a verse implicado en política y estaba claro que había aprovechado bien las enseñanzas. Ahora el Reino de Leon era el territorio mas poderoso de la península y además gobernaba sobre la conquista más importante de Alfonso I de Aragón.
Poco tiempo duró esta situacion. Alfonso entregó en 1135 Zaragoza en encomienda a Garcia Ramirez y poco tiempo después se la devolvió a Ramiro II, con quien había pactado la futura boda de sus respectivos hijos. Eso si, las tierras de Soria las perdió Aragón para siempre.
Tan solo dos años habia pertenecido Zaragoza a Alfonso VII de Castilla y Leon, pero suficiente tiempo para que dejara su huella, nada menos que en el escudo de la ciudad, que desde entonces es el mismo que el del reino de León: en campo de gules, un león coronado en oro. Por eso hay leones por todas partes en Zaragoza: los de Francisco Rallo en el puente de piedra, en el escudo del Real Zaragoza, en el recibidor y en la iconografía del ayuntamiento (logo, documentaos, mobiliario urbano), en el Auditorio y hasta en los buzones del edificio de correos del Paseo Independencia. Se sabe que el leon ya aparecia en los documentos del Consejo de la ciudad del siglo XI pero el mas antiguo que se conserva el de 1299, en el archivo del Pilar. Hay uno del siglo XVI en la cripta de Santa Engracia. En el siglo XIV habia leones vivos en el foso del palacio de la Aljafería y en el siglo XVI quedaba uno en la parroquia de San Andrés.
Asi que la relacion entre ambos Alfonsos, padrastro e hijastro, empezó mal y siguió como las demás relaciones entre dirigentes de la época, con sus idas y venidas, añadiendo a ello que seguramente el carácter y acciones del Batallador durante su matrimonio quedarían grabadas para siempre en el que sería rey de Castilla y León y Emperador de las Españas. Sin embargo, acabarían juntos mirando Zaragoza desde lo alto en el Cabezo de Buenavista. Y realmente Alfonso I no tiene mucho que ver con la llegada del león a Zaragoza aunque se puede decir que como rey de Leon que fue también le representa un poco. Y además aparece a sus pies, algo de lo que no sé que opinaran los castellanos siendo que los dos buscaban el título de emperadores. Sin contar con que maldita la gracia que seguramente les haría saber que acabarían juntos compartiendo monumento. Un monumento precioso, pero que, vamos, pa sus nervios.
No deja de ser un tanto leonina toda esta historia, con un viejo León que lucha a dentelladas con el joven que viene a disputarle su puesto imperial. Y no nos olvidemos de Urraca, la mas leona de todas. Groar.
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