viernes, 8 de enero de 2021

Fundación de Orta de San Salvador

 Nuestro pueblo conocido actualmente con el nombre de Horta de San Juan, fue fundado un día, lo que eran campos salvajes paso a ser lo que vemos ahora, para ser lo que somos ahora han tenido que pasar por el mismo escenario miles de hombre y mujeres, que han pasado como el aire, unos segundos de vida para desaparecer para siempre. Los que fundaron nuestro pueblo no sabemos quienes eran, no sabemos de donde venían. 

Llevo muchos años estudiando la historia de la población e intentando saber quienes eran los primeros habitantes de este montículo a los pies del Ports, al final llego a una hipótesis, una hipótesis que diría que venían de la actual Aquitania (sur de Francía), posiblemente de la época de Alfonso I el Batallador y comandados por Gaston IV de Bearne.

Hay muchos pueblos en el mundo llamados Orta, o pueblos que en alguna parte de su historia se llamarón Orta. Historias de héroes griegos, cruzados, indios, .....

Un pueblo interesante para empezar a trabajar es Huerto de Vero, pueblo del Somontano, pueblo con documentos desde principios del siglo XI, en donde ser menciona a Santa María de Orta y habitantes que llevaban como apellido el nombre de su pueblo.

Otro pueblo es Santa María de Huerta y su monasterio Santa María de Huerta, sus orígenes están perfectamente documentados, fueron unos monjes del sur de Francia que se instalaron en aquella zona de Soría y fundaron el monasterio de Santa María de Orta. 


Pasados casi mil años, la península ibérica se nos queda pequeña y cruzamos el Atlántico, nos plantamos en Matehuala en donde vemos este templo que lleva por nombre Iglesia de San Salvador de Orta. Un lugar que parece que se ha parado el tiempo, un lugar que nos puede decir que paso en nuestro pueblo hace mil años antes, en concreto a pocos quilómetros de este templo se fundo el pueblo San Salvador de Orta.

FUNDACIÓN DE SAN SALVADOR DE ORTA.
Pedro Ignacio Valdivieso y de Azlor- Echeverz, Cuarto Marqués de Aguayo revisaba el croquis de su basto marquesado, el cual tenía como mojoneras; El Picacho de los frailes, el Picacho del Potosí y el Picacho de San Lorenzo (Cerca de General Cepeda, Coahuila este último), Valdivieso y de Azlor se encontraba en su Hacienda Bonanza, perteneciente a Mazapil, Zacatecas. Si bien era cierto que sus ancestros fueron muy ricos, ahora el Marquesado pasaba profundas dificultades económicas, aún así él apoyaba la lucha por la Independencia de México, De Azlor-Echeverz colocó su chaqueta tipo militar con botonadura de plata en una silla y continuó revisando el mapa, pues elegiría en que sitio del terreno que le había donado a su ahijada de bautismo de nombre María Mendoza le construiría un templo con la finalidad de extender la población dentro de su gran Latifundio.
Pedro Ignacio decidió realizar la construcción en un lugar al que llamaron Matehuapil, ya que cerca de este sitio se encontraba el pozo Guadalupito. Ordenó construir la iglesia y varias habitaciones aledañas al recinto religioso, la obra se edificó protegiéndola en su perímetro con una gran fortaleza de 5 a 6 metros de altura, esto con la finalidad de proteger a los moradores, ya que constantemente las pequeñas poblaciones se veían amenazados por los indios Chicapú de la región, los cuales tenían su residencia principalmente en la Sierra de la Palla.
Una vez terminada la iglesia fue habitada por la ahijada del Marqués, la monja María Mendoza, así mismo por otras tres religiosas, 2 criadas y 2 basallos, siendo la religiosa católica originaria de Matehuala. Por el año de 1815 llegó a la Cañada del Paxtle el señor Rafael de Orta, venía de Fresnillo, Zacatecas, agobiado por la guerra de Independencia, en este lugar se afinco De Orta, pues cerca se encontraba el pozo de Matehuapil y el Guadalupito.
Un día, cuando De Orta acudía por agua al pozo Guadalupito, se encontró con el alférez José Ma. Mendoza, quien le conminó a que fuera a la iglesia de Matehuapil (Comunidad conocida hoy también como El Machetazo) a platicar con su hermana, ya que la religiosa tenía intención de colonizar sus territorios.
Días después Rafael de Orta fue recibido por la religiosa en el zaguán de su casa en Matehuapil, conferenciaron por un momento y finalmente la monja le dijo, “estos terrenos son míos, quédate donde gustes, a mí me interesa colonizar estas tierras, si llegan por aquí otros mexicanos les dices que vengan a hablar conmigo, quiero tener vecinos cerca y estar más protegida”… comentó María Mendoza, don Rafael partió a la cañada donde le esperaba su esposa. Poco tiempo después llegó al Paxtle la familia Ramos, traían semovientes bovinos y equinos. Don Rafael llevó a la familia ante la presencia de la religiosa, quien les impuso una renta de 25 centavos anuales por cabeza de ganado, diezmo para la iglesia además de primicias y ofrendas de su cosecha para la naciente institución católica en el lugar.
María Mendoza le comentó a Rafael de Orta y a Martín Ramos, que si llegaban otros inmigrantes ya no fueran con ella, que ellos se encargaran de comentar la intención de poblar el territorio, así como las obligaciones que había que cubrir ante la dueña de los terrenos.
En 1816 y 1817, llegaron a la cañada del Paxtle; Los Cepeda, los Alvarado y los Moreno, junto a los Orta y los Ramos, decidieron hacer su propio pozo en la cañada, sin embargo cuando llevaban excavados trece o catorce metros de profundidad el pozo colapsó y dado que las últimas tres familias en llegar también traían vacas y caballos el agua era una necesidad que obtenían con gran dificultad, ya que el pozo Guadalupito y el de Matehuapil se encontraban a dos o tres kilómetros, diariamente acudían a esos lugares a acarrear agua. Ante este panorama, las cinco familias residentes en la cañada acordaron establecerse en el centro de la planicie, fue así como en el año de 1819 perforaron un pozo de 16 metros de profundidad en lo que hoy es el pueblo de San Salvador, cambiando su residencia de la Cañada del Paxtle al nuevo asentamiento, lugar donde construyeron sus casitas de adobe y piedra y acondicionaron sus labores para labranza agrícola y agostaderos para el ganado.
En 1920, se reúnen las familias de la nueva población y acuerdan poner al rancho San Salvador de Orta. Cabe mencionar que los pobladores continuaron pagando por muchos años a la religiosa María Mendoza, los diezmos, las primicias agrícolas y la cuota establecida por cada semoviente.
Así se fue forjando este ranchito en el semidesierto Zacatecano, cuyos habitantes tenían tres celebraciones festivas al año, el 24 de junio el mero día de San Juan, el 5 de mayo y el 26 de julio fiesta en honor de Santa Ana, estas festividades eran amenizadas por coleaderos y danzas, cual más cual menos de las familias tenían sus buenos caballos adiestrados para montar, lazar y coliar. Entre 1820 y 1840 llegaron a establecerse a San Salvador las familias Velázquez, Veloz, Bermúdez, Ortiz y Martínez.
A partir de 1850, el pueblo creció más ya que como estaba ubicado muy cerca del camino real, era frecuente que aquí se hospedaran los viajeros y fue así como algunas familias se quedaron a residir en este territorio, pues desde su fundación y hasta la fecha, El Salvador, Zac. ha recibido a muchas familias en su tierra, claro ejemplo de ello fue la época de 1870 a 1879, cuando muchas familias llegaron y se afincaron en el terruño debido a la bonanza mineral en este territorio.
En el año de 1881, bajó la monja María Mendoza de las colinas de Matehuapil, le acompañaban dos religiosas, dos basallos y dos criadas, María Mendoza estaba muy avanzada de edad, estaba ataviada con velo negro que le cubría el rostro, había decidido partir rumbo a Guadalajara, los pobladores fundadores de San Salvador de Orta, se acercaron a saludar y agradecer a la religiosa, quien tuvo que esperar más de una hora para abordar la Diligencia Saltillo- San Luis Potosí, ya que, casualmente ese día uno de los pasajeros del medio de transporte era el Señor Obispo, así que los pobladores aprovecharon para confirmar a algunos niños, el evento duró casi una hora y quienes recibieron el sacramento fueron los varones Arturo Alvarado, Isidoro Alvarado Cepeda, Ezequiel Ramos, Anastasio y Juan Alvarado Veloz, el padrino de conformación fue el Profesor José Medina.
“En esos momentos que ya partía la diligencia, la monja María Mendoza, enternecida se despedía de todos, pidiéndoles como súplica que rogaran a Dios por ella, que ella pensaba ir a morir al convento de Guadalajara y que aquí se quedaran viviendo en sus terrenos, que las rentas pendientes de ese año, se las entregaran al señor Gerónimo Del Castillo”, ya que él era quien aportaba más debido al gran número de semovientes que poseía. La diligencia avanzó con rumbo a la Hacienda de El Salado y los habitantes de San Salvador de Orta despidieron a María Mendoza saludando y levantando manos y sombreros.
Autor. Maestro ROGELIO RODRÍGUEZ VELÁZQUEZ.
Fuentes. Memorandum “Puntos Históricos en relación a los Terrenos de Matehuapil Y San Salvador de Orta”. Archivo Histórico de El Salvador, Zac.
www.zocalo.com.mx Don Francisco de Urdiñola: Ni Marqués, ni de Aguayo.

Que Horta de San Juan fuera fundada por frailes franceses que acompañaban a Gaston IV no sería un disparate histórico, el primer documento de nuestro pueblo es de la época de Alfonso I que nos habla del intento de conquistar Tortosa y de esta forma tener un puerto desde donde partir a Tierra Santa. En este documento nos habla de que los dominios del Batallador llegaban hasta Orta, por aquellos días muere Gastón IV luchando contra los moros, el Batallador sitiaba Fraga, abandona el sitio y se dirige hacia Orta conquistando todos los pueblos de la cuenca del río Algars.

Murieron con pocos años de diferencia Gastón IV y Alfonso I, `pero puede que dejarán ya puesto el nombre de nuestro pueblo en el Mapa, como también el dels Biarnets. 

Orta siempre ha estado relacionado con el condado de Bearne, los Moncada se casaron con la biznieta de Gastón IV y fundaron una disnatía en  Bearne. La capital la instalaron en Orthez,,, ,Los Moncada fueron dueños del castillo de Orta, antes de ser dado a los templarios.

Tenemos muchos escritos íberos, sabemos su pronunciación, pero no sabemos su significado, no hay ningún Orta, tampoco aparece ninguna Orta en documentos romanos que hablan de la zona, el único documento romano que puede hablar de la zona de Orta es la Oda Marítima, en que nos habla de una región abandonada, habitada por fugitivos y fieras, una región con capital en Lebedoncia situada a los pies de Mont Sacre. Por si faltara algo tenemos también la leyenda de PuigVentos de la Figuereta.


La imagen de un franciscano poniendo el pie derecho sobre las cabezas de dos moros, al lado del gorro de un obispo, nos puede sorprender, pero nos puede decir porque se construyo el convento de Orta en este lugar, un lugar sin agua, sin sombras, un lugar que nadie escogería para vivir.

Nuestro pueblo es fruto de la reconquista, de la posible muerte de Gaston IV en el lugar, he leido que murió guerreando contra los moros, le cortaron la cabeza que fue expuesta en Marrakech, su cuerpo decapitado fue recuperado por un fuerte rescate y enterrado en la basílica del pilar. Luego tendríamos la Batalla de las Navas de Tolosa con el arzobispo Rodrigo Jimenez de Rada, devoto de Santa María de Orta.

Como conclusión diría que el único nombre posible para nuestro pueblo, que resumiría toda su historía, sería la de Orta de San Salvador. El San Juan fue una imposición desde Madrid a principios del siglo XX, un San Juan que nadie del pueblo sabe que San Juan es si el apostol, el bautista, el minero...., pero lo que si esta claro que ninguno de estos Sanjuanes piso nuestro pueblo.