jueves, 6 de agosto de 2015

Josefa Sebastia Membrado


Josefa Sebastia Membrado tenía 11 años cuando fue pintada por un joven de 17 años llamado Pablo Ruiz Picasso en Noviembre de 1998.  Es la única mujer de Orta de su época que ha pasado a la historia por el solo hecho de haber sido pintada por uno de los más celebres pintores del siglo XX,.Encontrándose en la actualidad este cuadro en el Museo Picasso de Barcelona.

Josefa Sebastia Membrado era sobrina de Joaquín Membrado Tobias, que en 1909 formaba parte del grupo de amigos de Picasso y Fernande. Antonio D. Olano en su libro Picasso y sus Mujeres describe la muchacha como un amor platónico del joven Pablo. Según otros biógrafos de Picasso como Palau Fabre, no hacen mención de esta supuesta relación. La única relación que existía era de vecindad y la amistad entre las dos familias, es decir la familia de Josefa Membrado y la familia Pallares.

Es interesante comparar las diferentes versiones de Cabanne y Richardson sobre este diseño extraordinario. Mientras que la primera muestra a una joven humilde y tímida. Richardson la ve como una belleza provocativa. Es cierto que el diseño es hermoso, al igual que otros dibujos de niños Orta Picasso realizó durante su estancia en el pueblo.


Josefa Sebastía Membrado nacío en calle de Grau número 7 a las dos de la tarde del día doce de diciembre de mil ochocientos ochenta y seis. Su padre Juan  era labrador y tenía una hermana lamada Lola. Su vida transcurrió siempre en la Villa de Orta, como otras muchas muchachas del pueblo se ponían a servir en casas ricas del pueblo, en su caso fue a servir a casa Bellido (Prada), se caso con Mariano Fornos, teniendo dos hijos a quienes llamaron Juan Y Josefina.

Esta familia fue destrozada por la Guerra Civil Española. Su marido Mariano Fornos fue denunciado por un comerciante del pueblo y llevado a las puertas del cementerio, en donde lo asesinaron, siendo su cuerpo enterrado en el exterior del mismo y colgado de escombros. Pasados muchos años se pudo recuperar parte de su cuerpo (solo el craneo) gracias a la labor del secretario de la época el señor Lluis y una retroescabadora del pueblo, sus restos se pudieron poner en una caja y ser enterrados en el cementerio municipal.

Sus dos hijos tambíen sufrieron la represión franquista posterior a la guerra. Su hijo Joan Fornos Sebatiá fue encarcelado cuando tenía 29 años de edad en el campo de concentración de Padron (Coruña). Durante la época en que tuvo a su hijo en la carcel, saco a su familia adelante cociendo trajes para militares españoles, mientras el alcalde de la población de aquel tiempo mandaba informes negativos para impedir su excarcelación.


Su hija Josefina no tuvo tampoco mejor suerte. Al terminar la guerra se fue a vivir cerca de Lion (Francia), pues estaba enamorada de un joven soldado republicano, que huyo a Francia al final de la guerra. Allí formaron una familia, ella volvió a la población como una turista, su marido nunca más quiso pisar tierra española.

Esta valiente mujer murio en  su casa de la calle Bonaire 4, a las diez y siete minutos del día veinte y nueve de Enero de mil novecientos cincuenta y ocho a los 71 años de edad.


Comentario. La historia de Josefa no fue una excepción en los primeros años del franquismo. En casi todos los pueblos hubo cobardes asesinatos como el de Mariano, casi siempre han quedado impunes, olvidados y sus autores han podido llevar una vida respetable en sus pueblos, hasta el día de su muerte. Una excepción fueron los fets de Vilalba, que sí fueron juzgados, aunque la pena impuesta fue infima, los nombres de sus autores han pasado a la historia.

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